Paura Nella Città dei Morti Viventi (1980) Lucio Fulci, Italia

Paura Nella Città dei Morti Viventi (1980) Lucio Fulci, Italia

Paura nos vuelve a mostrar el mejor cine Fulci, en este caso, el particular director Romano se despacha con un film mas que interesante, con una historia firme y bastante particular dentro de un subgénero tan variado como lo es el de los Zombies. Luego de Zombi II / Nueva York bajo el terror de los zombies del año 1979, aparecería Paura nella città dei morti viventi (1980), otra muestra del cine personal de fulci, en donde vuelve a predominar la repugnancia, los ambientes lúgubres y misteriosos con intencionadas reminiscencias a Lovecraft, mostrando nuevamente varios elementos de su repertorio, como lo es su fascinación por lo grotesco y lo irreal. En este caso, se puede observar una sucesión de situaciones bastante interesante desde el punto de vista de la fluidez con la que se desarrolla la historia, situaciones las cuales se empujan a un ritmo acelerado hasta el momento de su resolución, un final algo confuso, del cual se conocen varias historias. Es así como, pese a una supuesta “desprolijidad”, la historia mantiene una línea fuerte y original. Basándose en imágenes surrealistas, como pueden ser apariciones fantasmales de zombies desagradables en medio de una neblina opaca totalmente absorbente, ojos que sangran o ataques de lluvias de gusanos. La historia comienza con algunos sucesos particulares que desencadenan en un final visionado, en la cual no solo los protagonistas corren peligro, sino que las consecuencias son de un nivel catastrófico para la humanidad. Por otro lado, el gore esta presente y se muestra sin ningún tipo de explicación ni permiso, hay sangre porque tiene que haber sangre, hay escenas crueles y grotescas, no se las cuestionan, sino que ocurren de manera siniestra como en la mayoría de sus películas, casi como si se tratara de una ley preestablecida. Se pueden encontrar escenas dentro del film de las denominadas explicitas, mostrando todo ese salvajismo a la hora de filmar y como se dice anteriormente no son gratis, sino que tienen una razón. Por momentos, los eventos suceden sin mucha coherencia, haciendo que la línea argumental se diluya, llenando de dudas al espectador. Los zombies de esta película actúan por momentos como los típicos muertos vivos, aunque se trasladan como si fueran fantasmas y desaparecen en algunos casos con solo ignorarlos. Observando puntualmente las escenas en donde los ojos (constante recurso utilizado por el director) al hacer contacto visual con alguna imagen parecieran sangrar, se puede llegar a notar un cierta similitud con escenas vistas anteriormente en el film Horror Express del año 1973, protagonizado por Christopher Lee y Peter Cushing, en donde las personas al hacer contacto visual quedaban ciegas y con los ojos ensangrentados, mostrando quizás que Fulci se supo “influenciar” de aquellas películas de tiempos pasados. La musicalización de Fabio Frizzi, colaborador habitual de Fulci y parte del equipo tradicional junto con Dardano Sacchetti y Giannetto de Rossi, resulta un acompañante ideal por momentos, como es de costumbre en los film de Fulci. En este caso, la historia comienza cuando un sacerdote local se ahorca en un cementerio ubicado en la misteriosa ciudad de Dunwich, logrando de esta manera que los muertos vuelvan a la vida a través de “puertas”, las cuales fueron abiertas como consecuencia del suicido de este hombre. Todo este suceso parece ser visionado por una muchacha (repetida aparición de la actriz Catriona McColl) quien entra en un intenso estado de trance, lo que parecería ser la causa de su aparente muerte. Esta muchacha es salvada cuando un periodista enviado (Christopher George) la desentierra viva, comenzando así la interacción entre estos dos personajes. Cuando el periodista se entera de la historia, contada por la propia muchacha, con respecto a esta supuesta venida de aquellos muertos que regresarán a través de estas “puertas” del infierno, se ponen en campaña para, de alguna manera, tratar de que todo este presagio apocalíptico no se llegue a hacer realidad.