La Noche de Walpurgis resulta un trabajo clave en el amplio mundo fantástico del señor Jacinto Molina, un titulo fundamental del terror Español dirigido por el Argentino León Klimovsky, un director que a mediados de los años 50 se trasladaría hacia España para seguir filmando y profesionalizar su gran pasión, el cine. Klimovsky volvería a trabajar junto a Paul Naschy en varias ocasiones, “Dr. Jekyll y el Hombre Lobo” (1972), “Una libélula para cada muerto” (1974) y “El Mariscal del infierno” (1974) son ejemplos de esta combinación Naschy Klimovsky. En esta coproducción hispano alemana, comienzan a integrarse nuevos elementos y giros mitológicos a la historia, obra quizás de Naschy, quien se encargo de los guiones junto al alemán Hans Munkel. Nuevamente se presenta la siempre inentendible censura, como fue habitual en varios trabajos de la época, cortando básicamente escenas de desnudos y violencia. La historia es un tanto disparatada, con la figura principal de Waldemar Daninsky protagonizado por Naschy, un clásico que se repetiría en varias ocasiones. La Noche de Walpurgis (1970) se inicia cuando médicos forenses realizan una autopsia en noche de luna llena, retirándole una bala de plata del cuerpo a W. Daninsky, cumpliéndose la leyenda y haciendo que el cadáver vuelva a la vida instantáneamente. Dos mujeres se encuentran trabajando sobre el estudio de ritos y supersticiones y creen descubrir un viejo pergamino que revela el lugar donde se encuentra la tumba de la condesa Wandesa Darvula de Nadasdy, adoradora de Satanás, quien llevaba la marca de los vampiros y quien encontró la muerte tras clavarle una cruz de plata, la cruz de Fayenza. Las muchachas viajan hasta un pequeño pueblo al norte, donde se encuentran con Waldemar Daninsky, un misterioso y solitario hombre quien ofrece su hogar para que las muchachas puedan pasar la noche. A la mañana siguiente, Waldemar y las jóvenes descubren que la tumba de la condesa se encuentra en las ruinas cerca del lugar. La leyenda dice que tras extraerle la cruz de plata, la condesa reviviría, lo cual se cumple tal cual cuenta la leyenda. La noche de Walpurgis se acerca y la condesa Wandesa toma cada vez mayor fuerza, ahora acompañada por una de las muchachas, presa de la maldición de la condesa. Una historia romántica de horror, con un clima desalentador y fantástico, con Waldemar Daninsky como personaje doble, por un lado el amable y solitario dueño de una antigua casona, y por otro, un violento y rabioso hombre lobo, quien tras cada luna llena se dirige en busca de sangre, y en ocasiones debe encadenarse para no lastimar a su reciente amor. La película gozo de un cierto éxito, más que nada fuera de su país, en donde la leyenda de Waldemar toma mayor notoriedad, pese a tratarse de una producción acotada y con ciertos faltantes de presupuesto, aspectos que no lograron disimular fácilmente. Mas allá de esto, la historia toma fuerza a medida que trascurren las escenas, muchas veces de manera algo atropelladas, pero sin llegar a complicar el seguimiento, en una película que consigue generar climas interesantes.
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